martes, 7 de octubre de 2008

El bathroom


Querido sobrino

Aquí estoy un día más para contarte cómo me van las cosas en este gran país en el que todo es grande, la leche viene en botellas de 5 litros, las magdalenas tienes una densidad que ya quisiera para sí el plomo y los envases son tan absurdos como para contener 16.7 Fl.OZ que equivalen a 457 ml.

Quiero recuperar un correo que mandé la última vez que estuve por aquí sobre mi cuarto de baño. Decía así:

No voy a caer en el tópico de decir que los baños en España están mejor, ni cosas asi, aunque sea verdad, simplemente me voy a limitar a hacer un par de apuntes pintorescos sobre lo que aquí uno encuentra generalmente en el baño:

- La bañera: Suele ser de esas con patas, y ademas estan muy orgullosos de ello. Suelen estar bien, pero hay un problema: no estan "empotradas", lo que quiere decir que alrededor hay pequeños huecos por los que el agua cae al suelo, pero lo que es mas importante, por debajo tambien hay hueco, con lo que se va acumulando polvo y polvo en la esquina del baño, que con el agua que cae se compacta de tal manera que debajo de las bañeras suele haber una especie de moqueta que se puede sacar a paladas.

- El bidé: ¿qué bidé?

- La taza. Aparentemente es la misma que en nuestra tierra, pero ¡no! Son un poco mas oblongas, y el agua, en lugar de llenar el fondo, llega hasta más o menos la mitad. De tal forma que la salpicadura es segura. Ademas, en caso de ser un ser ampliamente dotado, orinas como si estuvieras dentro del mar. Y que decir de ese momento en que te levantas a tirar de la cadena... El espectaculo no tiene nada que ver con nuestra triste culebrilla asomando la cabeza alla al fondo. Aquí se trata de toda una anguila flotando en el agua, a escasos centimetros de ti, cuando no de un sin fin de boyas marinas o aun peor, de lo que los cientificos llamarian "sopa primordial", es decir, una suerte de lodazal grumoso. Y cuando tiras de la cadena, aquello empieza a girar y a girar y parece que se va a poner a centrifugar como la lavadora.
(7 abril 2006)



Ahora mismo podría casi reafirmar la mayoría de las cosas que entonces expuse. Sin embargo, he de retractarme de algo: en mi nueva casa la bañera está empotrada, como en España, con lo que a penas hay mugre en el baño. Eso sí, la cebolla es inexistente, y hay que ducharse con un chorro a presión como si de una manguera se tratase. Pero al menos sale caliente.

Y hablando de agua caliente: al llegar, la dueña me dijo que para cocer la pasta usase agua fría. Yo dije que siempre usaba agua fría... pero luego me dijo el por qué. En estas casas antiguas, las tuberías son de plomo, y el agua caliente puede arrastrar partículas, que son tóxicas. Han analizado el agua muchas veces y no han encontrado nada, pero por si acaso. Para beber, tienen una jarra de esas de Arguiñano con que la filtran, pero yo me he pasado al agua embotellada.

Volviendo al baño. Mi taza es mucho mejor. Sigue teniendo alto el nivel de agua, pero la tapa de madera hace que sea mucho más acogedora. Como hacerlo en el bosque, vamos. El único problema es que la persona que diseñó el baño no tuvo en cuenta que un día lo podrían usar los adultos, y es tan baja que cuando estoy sentado me doy casi con las rodillas en la cara, lo cual no facilita nada la deposición. He de añadir también que el papel que aquí usan no es de doble capa. No sé si podría llamarlo siquiera de una capa, quizá media por su gran fragilidad. Y lo asombroso es que algo tan delicado que se resquebraja al mínimo contacto pueda realizar una labor de raspado tan completa, que ni el papel de lija se aproxima.

Trataré pues, de no intoxicarme con el plomo del agua ni de cocer la pasta en la taza.

Esta noche es el debate presidencial, y la gente está quedando en las casas para verlo, como si fuera la final de la Champion y te gustara el fútbol. Mañana espero contarte algo de tran tremendo evento.

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