lunes, 6 de octubre de 2008

El weekend

Querido sobrino

Hay un dicho en estas tierras que es "Si no te gusta el tiempo en Nueva Inglaterra, espera cinco minutos". Lo que quiere decir que el mismo día puede amanecer soleado, llover a medio día y hacer un viento horrible poco después, para en una hora cocerse de calor y congelarse por la noche.

Esto viene a cuento de que, aunque puede que no dure, ya está llegando el frío. Lo que sin duda ya no se va es el otoño. la hoja ya empieza a rojear, así que es buen momento para salir al campo. El viernes nos propusieron ir a New Hamshire a patear por la montaña. Como es de esperar accedí encantado, aunque a eso de las 11 de la noche, con la perspectiva de levantarme a las 7 con el cansancio que acumulaba, me ehé para atrás, y traté de pasar un fin de semana tranquilo en mi hogar.

Así que ha sido un fin de semana un poco raro, porque andaba cansado, no he parado de hacer cosas, y me da la sensación de que no he hecho nada. Lo más significativo fue ese tajo que me di tratando de atrapar un vaso que caía, que me ha dejado una línea guapa guapa en el dedo. Que no es grave, pero me va a jorobar la escalada esta semana. Ayer fui a la farmacia (Farmacia: tienda en que venden dulces, cuadernos, juguetes, bebidas y, en menor medida, medicinas) a buscar unas gasas o una pomada cicatrizante (médicos que lean esto: HELP!). AL final compré unas tiritas en las que ponía Fast Healing, vamos, algo así como curado rápido. Al írmelas a poner me parecieron algo raras, y al mirar la caja, resulta que eran para ampollas. Así que he tenido que comprar otras, pero no me parece a mí que hagan mucho.

Por lño demás, dentro de las cosas interesantes, ha sido un fin de semana cinematográfico. He visto por fin la última de Woody Allen, Vicky Cristina Barcelona, y es bastante entretenida. SIn pretensiones pero con la sensación de estar disfrutando a cada minuto. Y en VO se entiende bastante bien, lo que quieras que no sube el Ego. El domingo acudimos a un festival de cine latino a ver una seleción de cortos españoles, que es algo que sólo se puede ahcer fuera de España, no sé yo por qué. Unos mejores, otros peores, pero por lo menos en uno un tipo compraba un brick de Lauki en el supermercado, que oye, es entrañable.

Ayer noche llegó a casa también un señor alemán, que como va con corbata y gafas redondas parece mayor, pero está en último año de medicina, así que tan mayor no será. Parece majo, aunque va en el fondo es otro competidor por el cuarto de baño, así que no bajaré la guardia.

En mi próxima carta prometo retomar el tema de las tazas de báter, que estoy seguro te dará un amplio repertorio de conversación para tu próxima comida familiar.

No hay comentarios: