
He pasado el fin de semana en Nueva York, gran ciudad desde la que te envío esta bella estampa de uno de sus más conocidos y reconocidos restaurantes. Como es una postal, no me puedo extender mucho, (lo haré en mi próxima carta), pero te adelanto que es un sitio bonito en que te bombardean de sensaciones y te condicionan a ingerir grasa de dudosa calidad.

Mañana espero disponer de algo de espacio en mi cerebro para narrar mis aventuras con más detenimiento.
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